Después de 32 años, esta institución ha crecido notablemente creando otro instituto en Sao Paolo, Brasil, y la residencia sacerdotal Juan Pablo II, en Roma. A día de hoy, más de 950 sacerdotes han sido formados en este seminario.
La pedagogía educativa del Pontificio Colegio Internacional Maria Mater Ecclesiae se inspira en “un profundo espíritu de comunión eclesial”. Después de los primeros años de formación en la propia diócesis, el seminarista en Roma se abre al horizonte de la Iglesia universal. De hecho, Roma ofrece a los futuros sacerdotes “una oportunidad privilegiada para consolidar su amor por la Iglesia y por el Vicario de Cristo”.
Por ello, una de las características esenciales del Colegio Mater Ecclesiae es fomentar en los candidatos al sacerdocio “un amor filial por la persona y el magisterio del Romano Pontífice y la adhesión a la Sede Apostólica”. También, dada la internacionalidad del Colegio, los seminaristas experimentan “de manera viva y personal” la catolicidad de la Iglesia, a través del intercambio de diversas culturas y tradiciones de la misma fe. En el seminario, los seminaristas reciben formación espiritual cristocéntrica, humana, intelectual y pastoral.
¿Por qué la advocación de Maria Mater Ecclesiae?
El Papa San Juan Pablo II tuvo el deseo de que la Virgen presidiera la plaza de San Pedro con su mirada maternal. Para ello eligió la imagen de la virgen de la “Colonna”, y fue colocada en frente a la basílica de San Pedro. En respuesta a esta misma inquietud del Papa San Juan Pablo II, el colegio escogió esta imagen de la Virgen y la advocación de Maria Mater Ecclesiae como protectora de quienes se preparan para servir a la Iglesia en el sacerdocio.
El lema que acompaña la imagen de la Virgen, “Amar, Formar y Servir”, refleja las actitudes que cada sacerdote ha de poseer en su labor pastoral y que puede aprender de María. Al igual que ella amó y educó a su hijo Jesucristo, el Colegio pide la intercesión de la Madre para que infunda en el corazón de cada seminarista y cada sacerdote estas actitudes, de manera que sean buenos pastores al servicio de la Iglesia y de las personas.